La ministra Gloria Ana Chevesich Ruiz asumirá la presidencia de la Corte Suprema el próximo 6 de enero de 2026, marcando un hito al convertirse en la primera mujer en ocupar este cargo en más de 200 años. La designación se produjo mediante una votación unánime del Pleno el 15 de diciembre de 2025, en conformidad con la tradición de elegir a la candidata de más alta antigüedad. Con una carrera en la judicatura que se extiende casi 40 años, la abogada egresada de la Universidad de Chile inició su trayectoria como relatora en la Corte de Apelaciones de Santiago en junio de 1986. Posteriormente, en marzo de 1995, pasó a desempeñarse como relatora en la Corte Suprema, llegando a ser relatora del Pleno. En octubre de 2002 prestó juramento como ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, donde ascendió a la presidencia en 2013 e impulsó importantes mejoras; entre ellas, la creación de una Unidad Especial de Tablas para sistematizar el trámite de causas y el fortalecimiento de la Unidad de Recursos de Protección a través de innovaciones como la tramitación digital de recursos de protección contra reajustes de planes de salud. En agosto del mismo año, fue designada como ministra del máximo tribunal, siendo la octava mujer en formar parte de la Corte Suprema. Además, ha integrado la Cuarta Sala Laboral o Mixta, desempeñado funciones administrativas en el Consejo Superior de la Corporación Administrativa del Poder Judicial durante cuatro bienios, formado parte del Comité de Personas entre 2022 y 2023 y fungido como la primera vocera de la Corte entre 2019 y 2022. Durante su gestión, lideró iniciativas frente a desafíos contemporáneos, tales como la pandemia, la implementación de la Ley de Pago Efectivo de Pensiones de Alimentos y la Ley de Monitoreo Telemático en Casos de Violencia Intrafamiliar. En comentarios al respecto, la ministra Chevesich subrayó la importancia de actuar con transparencia y de respetar escrupulosamente tanto las normas constitucionales como los principios éticos que deben regir la labor pública y privada. Asimismo, destacó la necesidad de enfocar su gestión en lograr una justicia oportuna y de calidad, al tiempo que se mejora el bienestar laboral de quienes conforman el Poder Judicial. Aunque reconoció el reto que representa ser la primera mujer presidenta de la Corte Suprema, enfatizó que su designación se fundamenta en la tradición de premiar la primera antigüedad, lo que, lejos de ser una estrategia basada en el género, puede inspirar apertura, igualdad y respeto para muchas otras mujeres en el ámbito judicial.
Autor: Roberto Sánchez